CAMBIO DE DIRECCIÓN

La Corporación Contigo Mujer está ahora ubicada en la carrera 10 No 46 - 167, en el barrio Maraya de Pereira.
Organización no gubernamental, feminista, de la ciudad de Pereira, Colombia, con personería jurídica desde 1999, que trabaja por los derechos humanos de las mujeres.

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domingo, 28 de noviembre de 2010

HABÍA QUE DECIRLO… Y FLORENCE LO DIJO

Portada del libro: "Der Rufer" (1966), escultura de Gerhard Marcks Siftung situada en el jardín del Café Literario de Berlín.

Asistí al lanzamiento del último libro de Florence Thomas, el 24 de noviembre en Bogotá, en la hermosa sede del Gimnasio Moderno. Con la presencia de unas 150 personas, se presentó esta publicación de Editorial Ícono, luego de que Santillana se negara a editarlo.
Lucrecia Ramírez (siquiatra y feminista antioqueña) y la exparlamentaria Cecilia López Montaño estuvieron a cargo de la presentación de la obra. De todo lo que dijeron estas dos mujeres sobre lo escrito por Florence, lo que más me llamó la atención fue la expresión “huella biográfica” que utilizó Lucrecia para definir lo que significó para Florence el hecho de haber abortado en el París de 1965, cuando apenas contaba con 22 años, acababa de graduarse de la universidad, y a 10 años de que se aprobara el aborto en Francia sin ninguna restricción. Una huella biográfica, según nos explicó Lucrecia, es un recuerdo, que puede ser doloroso, pero que no es traumático.
Y es que Había que decirlo, título del libro, es la narración en primera persona que hace esta feminista francesa, que ha vivido por tantos años en Colombia, sobre su experiencia física y emocional del aborto en la clandestinidad, en la soledad, enfrentada al riesgo de morir, con el convencimiento de que su decisión era “profundamente legítima y ética”.
La decisión de abortar como la describe Florence fue difícil pero fue autónoma, fue libre, fue responsable, fue pensando en ella, teniendo claro que en ese momento no quería ser madre y, además, fue una decisión de la que no se arrepintió nunca.
Una investigación realizada en la Universidad de Antioquia, en 1999, mostró que el impacto sicológico y emocional de las mujeres que vivían un aborto espontáneo era mayor que el impacto que sobre aquellas que vivían abortos inducidos. Es razonable; un embarazo deseado es una promesa de vida, un embarazo no deseado o impuesto puede destrozar una vida. Eso puede resultar probablemente muy polémico, especialmente para aquellas personas que desde la orilla moral y religiosa lanzan dardos contra aquellas mujeres que deciden interrumpir un embarazo. Ellos y ellas quisieran que las mujeres se revolcaran en las llamas infernales, que fuesen castigadas física y simbólicamente por negarse a cumplir el ‘destino’ ineluctable de la maternidad, por plantarse en la premisa de que el único embarazo verdaderamente humano es el deseado. Reflexiona Florence en su obra al respecto: “No entendía por qué no desear ser madre, saberse incapaz de asumir una maternidad con responsabilidad, significaba tanta aversión, tanto odio por parte de una sociedad que hubiera debido agradecernos en lugar de satanizarnos”.

Rindo mi tributo a Florence por este libro, porque además de abrirnos su corazón y contarnos un episodio tan íntimo, en el que, seguramente, nos reconoceremos millones de mujeres en este país, nos recuerda que hay una tarea por hacer para que Colombia muy pronto legalice el aborto. En Colombia, en esta materia, estamos en el punto en que Francia se encontraba a comienzos de los años 70. Es decir que tenemos un retraso de 40 años en tomar decisiones que eviten que las mujeres mueran o queden mutiladas a causa de abortos clandestinos e inseguros. Podemos seguir callando y hacer como que esos 250.000 abortos clandestinos que se realizan en Colombia al año no existieran, podemos seguir señalando o permitiendo que señalen con el dedo a quienes toman una decisión de ese calibre, pero me uno al sentimiento de Florence y repito con ella: “tengo ganas de decirles a todos los hombres y también a muchas mujeres disfrazadas de hombre y exiliadas en mentes masculinas que dejen de juzgar a las mujeres que han tomado esa decisión” porque es realmente más responsable que las de muchos hombres que en pleno siglo XXI se han planteado tan siquiera la posibilidad de la anticoncepción o consideran el condón una afrenta contra Dios.

MARÍA VICTORIA RAMÍREZ MARTÍNEZ



JURAMENTO DE LAS MUJERES EMBERA CHAMÍ

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Finalizado el encuentro, las mujeres juran acatar las conclusiones

La mujer en el movimiento indígena

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DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO DESDE 2006

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La Alcaldía de Pereira apoya la difusión de la sentencia C-355. Campaña de la Alianza por los Derechos de las Mujeres. Apoya la Mesa por la Vida y las Salud de las Mujeres

Campaña de seguimiento a sentencia de despenalización del aborto

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Taller inspectores y Corregidores

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Realizado el 26 de junio de 2009 en la Defensoría del Pueblo, dirigido por la Alianza

Taller de Inspectores y Corregidores

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