En Risaralda, se estima que la comunidad denominada LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transexuales) puede alcanzar el 10% de la población. Es decir, que las personas que no se reconocen en el paradigma heterosexual son una realidad que no se puede desconocer, y que la Constitución protege y prohíbe discriminar. Como mujer demócrata y como feminista, considero de la mayor importancia habilitar espacios en los que las distintas opciones: homosexuales, heterosexuales, lésbicas, transgeneristas, etc. se miren a los ojos, dialoguen, compartan y se reconozcan como seres con igualdad de derechos.
Una democracia se fortalece y la humanidad avanza cuando se reconocen los Derechos Sexuales y los Derechos reproductivos como derechos humanos. Y éstos no consisten solamente en poder decidir sobre si tener o no tener hijos, tener información sobre ETS (enfermedades de transmisión sexual) y planificación familiar, sobre si casarse o no, sino cómo y con quién disfrutar de la sexualidad. Es decir, que una sociedad que reconoce y defiende la autonomía sobre el cuerpo de hombres y mujeres fortalece su ciudadanía y su libertad. En Colombia, se ha avanzado tímidamente en reconocer los derechos de las parejas homosexuales, inicialmente se les ha reconocido derechos patrimoniales, sin embargo, hay que admitirlo: es una sociedad que rechaza las diferencias sexuales, es una sociedad homofóbica. En América Latina, hace menos de un mes, Argentina fue el primer país en reconocer el derecho al matrimonio civil de las parejas del mismo sexo, sin duda, algo para aplaudir. En la semana que hoy termina, se ha empezado el debate en la Corte Constitucional colombiana sobre el matrimonio civil entre parejas del mismo sexo. Esperemos que la Corte esté tono con su deber de proteger a las minorías, en este caso las sexuales, como lo hizo reconociendo sus derechos patrimoniales hace algún tiempo, y de paso, recordarles a los miembros de ese tribunal las palabras del exmagistrado Araujo Rentería: “si les otorgamos a los homosexuales un derecho cada 17 años, en el año 3000 todavía estaremos en deuda con ellos”.
Pereira pondrá a prueba su fama de ser una ciudad abierta, pues se realizará un evento en el que, según sus convocantes, “La Colectiva Pereira” de la Alianza Colombiana por los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos y la Alianza por los Derechos de las Mujeres de Risaralda: “Nos dispondremos a generar un espacio para el goce y el disfrute, acogiendo de manera amplia y democrática a todas las expresiones, formas y manifestaciones de las identidades de género, orientaciones sexuales y prácticas eróticas”. Alrededor de un café, se conversará, no de manera académica sino desde la experiencia de cada asistente, acerca del erotismo y el placer como derechos de todos los seres humanos.
Este encuentro sui generis, denominado Sexo con café, se viene realizando en distintas ciudades del país (inició en Popayán el año pasado) en el que se manifiestan, de manera abierta y respetuosa, todas las diversidades sexuales. En Pereira, se llevará a cabo el viernes 27 de agosto, en el auditorio Jorge Roa Martínez de la Universidad Tecnológica de Pereira a partir de las 4 p.m.
En el marco de las fiestas de Pereira, tener un espacio para la diversidad es todo un acontecimiento. La invitación es a participar y a romper los tabúes que impiden que veamos a todos nuestros congéneres como seres multidimensionales, con infinidad de posibilidades y capaces de luchar por su derecho a ser felices como cada uno prefiera.
MARÍA VICTORIA RAMÍREZ MARTÍNEZ
Pereira, agosto 22 de 2010
Una democracia se fortalece y la humanidad avanza cuando se reconocen los Derechos Sexuales y los Derechos reproductivos como derechos humanos. Y éstos no consisten solamente en poder decidir sobre si tener o no tener hijos, tener información sobre ETS (enfermedades de transmisión sexual) y planificación familiar, sobre si casarse o no, sino cómo y con quién disfrutar de la sexualidad. Es decir, que una sociedad que reconoce y defiende la autonomía sobre el cuerpo de hombres y mujeres fortalece su ciudadanía y su libertad. En Colombia, se ha avanzado tímidamente en reconocer los derechos de las parejas homosexuales, inicialmente se les ha reconocido derechos patrimoniales, sin embargo, hay que admitirlo: es una sociedad que rechaza las diferencias sexuales, es una sociedad homofóbica. En América Latina, hace menos de un mes, Argentina fue el primer país en reconocer el derecho al matrimonio civil de las parejas del mismo sexo, sin duda, algo para aplaudir. En la semana que hoy termina, se ha empezado el debate en la Corte Constitucional colombiana sobre el matrimonio civil entre parejas del mismo sexo. Esperemos que la Corte esté tono con su deber de proteger a las minorías, en este caso las sexuales, como lo hizo reconociendo sus derechos patrimoniales hace algún tiempo, y de paso, recordarles a los miembros de ese tribunal las palabras del exmagistrado Araujo Rentería: “si les otorgamos a los homosexuales un derecho cada 17 años, en el año 3000 todavía estaremos en deuda con ellos”.
Pereira pondrá a prueba su fama de ser una ciudad abierta, pues se realizará un evento en el que, según sus convocantes, “La Colectiva Pereira” de la Alianza Colombiana por los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos y la Alianza por los Derechos de las Mujeres de Risaralda: “Nos dispondremos a generar un espacio para el goce y el disfrute, acogiendo de manera amplia y democrática a todas las expresiones, formas y manifestaciones de las identidades de género, orientaciones sexuales y prácticas eróticas”. Alrededor de un café, se conversará, no de manera académica sino desde la experiencia de cada asistente, acerca del erotismo y el placer como derechos de todos los seres humanos.
Este encuentro sui generis, denominado Sexo con café, se viene realizando en distintas ciudades del país (inició en Popayán el año pasado) en el que se manifiestan, de manera abierta y respetuosa, todas las diversidades sexuales. En Pereira, se llevará a cabo el viernes 27 de agosto, en el auditorio Jorge Roa Martínez de la Universidad Tecnológica de Pereira a partir de las 4 p.m.
En el marco de las fiestas de Pereira, tener un espacio para la diversidad es todo un acontecimiento. La invitación es a participar y a romper los tabúes que impiden que veamos a todos nuestros congéneres como seres multidimensionales, con infinidad de posibilidades y capaces de luchar por su derecho a ser felices como cada uno prefiera.
MARÍA VICTORIA RAMÍREZ MARTÍNEZ
Pereira, agosto 22 de 2010
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