El viernes 14 de enero de 2011, en Bogotá, la Corporación Sisma Mujer (organización feminista con presencia en Colombia y España) lanzó el libro titulado Reparación para las mujeres víctimas de violencia en el conflicto armado. Una aproximación a la formulación de criterios para su determinación, escrito por Luz Marina Monzón Cifuentes. Esta publicación se realizó con el apoyo de la Agencia de Cooperación Alemana, GIZ.
La experiencia de muchos años de la Corporación Sisma Mujer en el acompañamiento psicosocial y jurídico a mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado hizo evidente la necesidad de “que el Estado colombiano avance en la construcción de medidas de reparación diferenciales que atiendan las particulares afectaciones de las mujeres en el marco del conflicto armado”.
Esta publicación tiene como objetivo ubicar dentro del contexto del orden jurídico internacional y nacional los fundamentos para que las mujeres puedan exigir y hacer valer sus derechos, en particular su derecho a la reparación integral con énfasis en mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado. Este acerbo normativo servirá como base argumentativa y constructiva de reclamación a la luz de las vivencias particulares de las mujeres, lo que se entiende como enfoque diferencial. Es decir, que se aparta del lenguaje neutral de los derechos humanos, escudriña en los daños particulares que la guerra ha causado a las mujeres (violencia sexual, esclavitud doméstica, reclutamiento de niñas, etc.), dado que el lenguaje neutral lo que hace es esconder la verdadera magnitud de los hechos e impide dar con la verdad, condición insoslayable de la reparación.
Propone esta publicación a las autoridades judiciales que investigan los casos de violencia en el marco del conflicto armado y que toman decisiones sobre la reparación de las víctimas que partan siempre de dos argumentos para sustentar la investigación: primero, que lo que yace en el subsuelo de toda violencia contra la mujer es la discriminación histórica de género y, segundo, que la violencia sexual es una estrategia de los actores armados para someter, humillar y amedrentar al contendor o a quienes cree son sus colaboradores.
El libro plantea criterios de reparación en diversos ámbitos que van desde el momento en que la mujer denuncia hasta cuando se implementa la reparación. Muestra cómo las mujeres han encontrado innumerables obstáculos a la hora de acceder a la justicia como: la falta de credibilidad en su versión y por ende en su condición de víctima ante la imposibilidad de denunciar a tiempo delitos como el sexual, el que las autoridades sometan su vida personal al escrutinio y que no se centren en demostrar los hechos, señalar a los culpables y sus responsabilidades. Por eso uno de los criterios que presenta, que debiera ser obvio para las autoridades y no lo es, es el trato con dignidad a la víctima y la valoración de su testimonio, eso no es otra cosa que partir del principio de buena fe de la mujer que denuncia. Otro criterio tiene que ver con que las víctimas deben participar activamente en la construcción de su reparación, en ese sentido la autora menciona: “Las mujeres tienen derecho a ser escuchadas y participar directamente en la construcción de las medidas de reparación que les correspondan. Las reparaciones otorgadas están condicionadas al tipo de violación sufrida, sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las víctimas se sienten reparadas de la misma manera. Por ello, es imprescindible que las víctimas participen en todo el proceso de reparación, en la constitución de las comisiones de la verdad, en el diseño de los programas de reparaciones y en las negociaciones de paz”. Ante procesos tan complejos como el de Justicia y Paz, que han desconocido completamente las condiciones de las mujeres, un libro como este podría iluminar el entendimiento de quienes tienen la tarea enorme de lograr que la impunidad no sea la única respuesta para las mujeres.
MARÍA VICTORIA RAMÍREZ MARTÍNEZ
La experiencia de muchos años de la Corporación Sisma Mujer en el acompañamiento psicosocial y jurídico a mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado hizo evidente la necesidad de “que el Estado colombiano avance en la construcción de medidas de reparación diferenciales que atiendan las particulares afectaciones de las mujeres en el marco del conflicto armado”.
Esta publicación tiene como objetivo ubicar dentro del contexto del orden jurídico internacional y nacional los fundamentos para que las mujeres puedan exigir y hacer valer sus derechos, en particular su derecho a la reparación integral con énfasis en mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado. Este acerbo normativo servirá como base argumentativa y constructiva de reclamación a la luz de las vivencias particulares de las mujeres, lo que se entiende como enfoque diferencial. Es decir, que se aparta del lenguaje neutral de los derechos humanos, escudriña en los daños particulares que la guerra ha causado a las mujeres (violencia sexual, esclavitud doméstica, reclutamiento de niñas, etc.), dado que el lenguaje neutral lo que hace es esconder la verdadera magnitud de los hechos e impide dar con la verdad, condición insoslayable de la reparación.
Propone esta publicación a las autoridades judiciales que investigan los casos de violencia en el marco del conflicto armado y que toman decisiones sobre la reparación de las víctimas que partan siempre de dos argumentos para sustentar la investigación: primero, que lo que yace en el subsuelo de toda violencia contra la mujer es la discriminación histórica de género y, segundo, que la violencia sexual es una estrategia de los actores armados para someter, humillar y amedrentar al contendor o a quienes cree son sus colaboradores.
El libro plantea criterios de reparación en diversos ámbitos que van desde el momento en que la mujer denuncia hasta cuando se implementa la reparación. Muestra cómo las mujeres han encontrado innumerables obstáculos a la hora de acceder a la justicia como: la falta de credibilidad en su versión y por ende en su condición de víctima ante la imposibilidad de denunciar a tiempo delitos como el sexual, el que las autoridades sometan su vida personal al escrutinio y que no se centren en demostrar los hechos, señalar a los culpables y sus responsabilidades. Por eso uno de los criterios que presenta, que debiera ser obvio para las autoridades y no lo es, es el trato con dignidad a la víctima y la valoración de su testimonio, eso no es otra cosa que partir del principio de buena fe de la mujer que denuncia. Otro criterio tiene que ver con que las víctimas deben participar activamente en la construcción de su reparación, en ese sentido la autora menciona: “Las mujeres tienen derecho a ser escuchadas y participar directamente en la construcción de las medidas de reparación que les correspondan. Las reparaciones otorgadas están condicionadas al tipo de violación sufrida, sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las víctimas se sienten reparadas de la misma manera. Por ello, es imprescindible que las víctimas participen en todo el proceso de reparación, en la constitución de las comisiones de la verdad, en el diseño de los programas de reparaciones y en las negociaciones de paz”. Ante procesos tan complejos como el de Justicia y Paz, que han desconocido completamente las condiciones de las mujeres, un libro como este podría iluminar el entendimiento de quienes tienen la tarea enorme de lograr que la impunidad no sea la única respuesta para las mujeres.
MARÍA VICTORIA RAMÍREZ MARTÍNEZ
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